Causas y Consecuencias

La falta de comunicación en la familia no es algo que aparezca de la noche a la mañana- Muchas veces todo radica en el choque de “egos” y no estar dispuesto a ceder (¿por qué soy yo el que se debe disculpar y no él/ella?), o la falta de poder de negociación.


A gran escala, los tres factores más comunes que causan este problema son:

La falta de paciencia: ésta puede ser la gran culpable de todo. Un hijo o un padre que tiene un muy bajo nivel de tolerancia y se irrita fácilmente, puede volver muy complicado manejar ciertas situaciones.

La ruta de escape ante esto suele ser simplemente ignorar a la otra persona, lo cual es una falsa salida que nos lleva a la falta de comunicación.

La falta de tiempo: esta común que este factor vaya de la mano con el anterior. “No tengo paciencia porque no tengo tiempo”. La vida diaria nos obliga a cumplir con horarios que suelen ser muy absorbentes.

La escuela y el trabajo ocupan buena parte del día de una persona. Y desde luego también queremos espacio para los amigos y/o la pareja, pero no debemos dejar de “hacernos un espacio” para la familia.

La indisciplina: este problema suele aparecer cuando se tiene a un hijo o hija en etapa adolescente. Un joven que se porta mal puede arruinar la paz de la familia, provocando un ambiente de discusiones, insultos y desde luego, una mala comunicación.

En cuanto a las consecuencias de la falta de comunicación en la familia se refiere, a lo largo de los años son varios los estudios que han demostrado que lo primero es la separación de la pareja. Y eso es sólo el comienzo.

Como un efecto dominó, el divorcio de los padres puede llegar a tener efectos devastadores en los hijos, los cuales pueden ser más o menos graves dependiendo de la educación que ellos hayan recibido y la forma en que se aborde la situación con ellos; ¿por qué mamá y papá se están separando? ¿Los hijos fueron la causa del divorcio? Hay que dejar todo muy claro con ellos.

Pero sin tener que recurrir a casos extremos como el de la separación, el simple hecho de tener una mala comunicación entre los miembros de la familia a menudo trae consigo varias consecuencias en los hijos, tanto del tipo emocional como en su comportamiento, tendiendo a volver más “cerrados” y rebeldes.

De hecho, los problemas de comunicación familiares pueden expandirse a la comunidad, afectando las relaciones que se tienen en la escuela y/o el lugar de trabajo, así como en cualquier otro entorno social.